Todo esto es muy Black Mirror
- Imanol
- 17 jul 2016
- 5 Min. de lectura
Últimamente escucho cada vez más la expresión "es muy Black Mirror".
Ver a la gente como loca, con accidentes de coche, muertes, robos, e-commerce, y realidad aumentada palpable en las calles a raíz de Pokemon Go es muy Black Mirror.
La nueva versión de los celos machistas de toda vida, ahora 2.0 con preguntas como "a quién le has mandado el emoji del beso con corazón", es muy Black Mirror.
El no poder separarte más de 30 minutos de tu smartphone para comprobar sistemáticamente tus likes y menciones es muy Black Mirror.
Y quedar con desconocidos para tener sexo por Tinder, Grindr o Wapa, es muy Black Mirror.
¿Y qué es Black Mirror?
Empecemos por el principio.
Charlie Brooker nació en Reading (un pueblo británico) en 1971. Ha trabajado como humorista, ilustrador y presentador, pero si hoy en día tiene un renombre mundial es por su faceta como escritor de ficción para televisión.
Aunque ya había escrito Wipe donde incluía frases como "Thank you for watching. Now go away." –y ya era una referencia a nivel británico–, fue con Dead Set (2008) cuando su trabajo adquirió eco mundial. Dead Set es una delicia friki en toda regla. Ambientada en Inglaterra, una joven becaria de una televisión con pocos escrúpulos trabaja bastante amargada en Big Brother. La serie comienza cuando un brote de "algo" (zombies de toda la vida) se extiende por Inglaterra, y la protagonista se ve obligada a encerrarse en el lugar más seguro a su alcance: la casa de Gran Hermano habitada por gente con muy pocas luces.

Jo Super, es muy fuerte esto de los Zombis ¿Me entiendes?
El éxito de Dead Set no fue causado exclusivamente por su interesante premisa, sino por su planteamiento y desarrollo, acompañado de una estética cuidada, ambientación, montaje etc. Lo que más hacía reír y a la vez aterraba no eran los zombies, sino lo realista que era la actitud estúpida de casi todos los protagonistas. No desde una superioridad moral (la superioridad que critica Owen Jones en Chavs), ni desde el antiintelectualismo, ni desde ninguna postura cliché. Lo que aterraba de Dead Set es que era un buen retrato de nuestra sociedad, y nuestra sociedad es brillante y gilipollas al mismo tiempo.
¿Y cuál era el siguiente paso lógico?
En Dead Set todos somos Kelly (Jaime Winstone), la única cuerda en un mundo de locos aunque tengamos un poco de los concursantes lerdos y de los trabajadores cínicos. Pero es más aterrador darse cuenta de que tú eres parte de ese mundo de locos, y lo que en Dead Set se intuía en Black Mirror te viene en bandeja, y con hostión en la cara (metafórico).



Black Mirror se estrena como una trilogía en Diciembre de 2011 en Channel 4 con tres historias independientes:
1x01 The National Anthem ("La del cerdo")
1x02 Fifteen Million Merits ("La del Talent Show")
1x03 The Entire History of You ("La de los ojos que graban vídeo")
Tres mini-películas con un elemento común: la tecnología es una droga, y como tal puede ser aterradora. Tal vez fumar marihuana no es tan malo, pero nadie quiere acabar en Proyecto Hombre. Y esto es una realidad aterradora que normalmente nadie quiere afrontar.
¿Nadie quiere afrontar?
1x01 y 2x01 obtuvieron más de 2 millones de espectadores en su primera emisión, sin tener en cuenta de que se trata de una ficción con claro potencial en VoD (Netflix emitirá una tercera temporada de 13 capítulos, qué casualidad) y que alcanzaron éxito internacional indiscutible (en España tanto Dead Set como Black Mirror fueron emitidas por Cuatro en la época de transición de Cuatro como el "canal donde sale Gabilondo" al "canal de Berlusconi light").
Muchos profesionales del Media y en concreto de la televisión española asumen que el público no podrá digerir ficciones demasiado complejas, y que debemos darle "lo que pide", mierda en lata que le quite los problemas de la cabeza. Esta idea es muy discutible, a quien le interese el tema le recomiendo la película alemana "Reclaim your brain" (Free Rainer, 2007).
El 2x01 es tal vez el que más me hace pupita, porque caería en querer un Siri de un ser querido fallecido.
Pero volvamos a Black Mirror. Su propio nombre ya nos indica que es un espejo oscuro en el que nuestra sociedad se refleja, todos sabemos lo estúpidos que parecemos cuando nos sacamos un selfie. Que nos avergüence sacarnos un selfie no significa que no tenga cosas positivas, ni significa que no queramos tener mayor pensamiento crítico para reflexionar sobre ese mismo selfie. Tal vez los grandes filósofos del Siglo XXI están sacándose fotos absurdas con Snapchat ahora mismo.
Y en esa zona gris es donde se encuentra la ficción de Brooker. Todo es aterrador, porque es aterradoramente plausible y parece inevitable, pero no lo es. Los 7 episodios hasta la fecha están ambientados en futuros no muy distantes, donde tecnologías no muy distantes acaban teniendo consecuencias horribles. Pero esas consecuencias ya las tenemos entre nosotros. De hecho la serie funciona mejor cuanto más plausible es esa realidad ("el del cerdo" en el que no hay ninguna tecnología nueva es el que más ha calado a todo el mundo, mientras que el distópico "Fifteen Million Merits" no tiene tanto impacto al valerse de metáforas conceptuales que lo sitúan en un futuro más lejano).
Lo que aterra de Black Mirror, es que refleja que la responsabilidad de que no terminemos en una sociedad distópica es de todos y cada uno de nosotros, y eso acojona.
Porque Pokemon Go puede ayudar a terminar con la obesidad infantil, los emojis pueden solucionar malentendidos textuales, las RRSS te ayudan a mantener el contacto con amigos distantes y se puede encontrar el amor en Grindr. Todo eso también es muy Black Mirror, cada uno verá cómo de oscuro es su espejo.
Series relacionadas:
Cucumber, Banana, Tofu. 2015.
Tres series interconectadas sobre la sexualidad en UK de la mano de Russell T Davies (creador de Queer as Folk) para Channel 4
Mr Robot. 2015 - Actualidad. Drama al estilo El club de la lucha ambientado en el mundo post 11S + Anonymous. Sam Esmail para USA Network.
Humans. 2015 - Actualidad.
Coproducción británico-americana de ciencia ficción. Los robots existen, parecen humanos, y los compras igual que a un iPhone, un Siri en toda regla. Sam Vincent y Jonathan Brackley le dan un toque Blade Runner que mola mucho.
Utopia. 2013-2014.
A priori nada que ver, pero cualquiera que haya visto ambas entenderá la cierta similitud entre Black Mirror y el thriller conspiranoico de Dennis Kelly. Y ambas son de esas series que cuanto menos te cuenten, mejor.
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